Cerveza,
papas fritas, maní y algunos quesitos cortados en cubos, una mesita al lado de
la mesa y junto a todo eso el trono de Matías Bail…
///Esta
novela carece de todo valor literario, su contenido es burdo y vulgar y le
recomendamos a las personas impresionables no leerla. Todos los hechos y
personajes de esta historia son ficticios, cualquier semejanza con la realidad
es pura coincidencia///
No
había parado de comer salado y tomar sorbos de cerveza, el clima era cálido,
divertido y alegre aunque Matías desentonaba terriblemente.
Alejandro
Querubín era un jovencito desgarbado solo un poco más grande que yo, tenía ojos
verdes y cabello rubio. Sus ojos eran bondadosos y no escatimaba a la hora de
entregarnos sonrisas. Sus frases tan ocurrente iban aumentando mi agrado hacia
el sin importarme mucho nada.
Su
dentadura blanca brillante, inmaculada se lanzaba sobre mi atrevida y no me permitía
cambiar de actitud…Me hacía sentir totalmente presa de su encanto.
El
salado y la cerveza término…mierda…ellos hablaban mucho y yo reía imbécil
mientras contaba historias de mi infancia. Me sorprendía su lucidez, aunque
solo por un momento ya que después volvía a divagar con sus miradas sobre el
techo de mi habitación.
-Trae
otra cerveza ALE- Dice Matías y lanza una mirada cómplice al joven Alejandro.
-YO ya
no quiero más- Exprese y me sentí muy adulto al tener autocontrol sobre mi
pequeña borrachera.
-Como
que no queres mas? Hay todavía algunas cervezas en la heladera…esto fue lo último
que escuche decir de parte de Matías Bail ese día…
Mi
pija rozando su pija, sus cachetes colorados rozando los míos mientras mi boca
imprecisa besaba su cuello con calor. Mis gruesos y formados labios lo besaron
muchas veces, el me toco mi cuerpo puberto y yo entre gemido gemido aprovechaba para abrazarlo con tesón.
Eran los embates de sus movimientos pélvicos que me mareaban y
desactivaban cual bomba adolescente.
Ahí
desarmado con mis ropas sueltas, mi piel se conmovía ante semejante aberración,
la aberración más grande y placentera de la historia de la humanidad: EL SEXO.
Mis
sensaciones eran poesías que se sacrificaban por ver nacer las nuevas que
proclamaban aún más virtud que las anteriores y fue así durante todos esos
minutos de aquel atardecer vi florecer mi sexualidad con ese jovencito.
Mi cabeza
mareada miro la mesita que estaba ahí junto a nuestros cuerpos que frotaban sus
genitales de forma casi mecánica, mis
ojos veían el resto de lo que fue esa comidilla fatal, las botellas parecían observar
taciturnas el final de una obra nefasta… no recuerdo más que eso, ni siquiera
las luces, los movimientos ni tampoco las mentiras…
CONTINUARA…
CONSEJO
DEL PUTO COTIDIANO N°71| NUNCA TOMES EN CUENTA LO QUE UN PUTO TE SUGIERA DE LO
QUE SEA.
Al fin leyendo algo nuevo, y eso que tengo un sueño atroz, pero bueno, ya me desperté. ¡¡¡Esto es una novela de suspenso!!!! El consejo este ME ENCANTÓ. Esto da para una explosion de sexualidad!!!!!
ResponderEliminar